Cuando inmigrantes y residentes de larga data cultivan juntos un huerto, también aprenden sobre las "raíces" del otro de una forma muy práctica. No sólo crecen las flores y las verduras, sino también el entendimiento mutuo.

Los prejuicios, estereotipos y miedos al contacto con extraños se derriban de forma natural mientras se trabaja juntos.

El proyecto se creó en el cuello de botella entre los distritos de Menden y Mülldorf. Aquí, las tierras de cultivo se transformaron en un jardín intercultural. Las zonas comunes invitan a la gente a intercambiar experiencias y dialogar. También existe la oportunidad de transmitir nuevos y viejos "conocimientos de jardinería" en "parcelas de aprendizaje". El lugar se diferencia del clásico huerto de adjudicación por sus estructuras abiertas, en las que la jardinería ocupa un lugar central.

La construcción comenzó en octubre de 2012 y los jardines se entregaron a los usuarios, la asociación Jardines de las Naciones, en septiembre de 2013.